domingo, 13 de junio de 2010

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         NOS FUIMOS A UN CHIGRE ...


Quince fueron los que de manera espontánea marcharon paraguas en mano, sin hacer muchas preguntas a la conquista de nuevos horizontes. Un chigre escondido en la plaza de Pedro Miñor con un nombre difícil de recordar: Tsaciana.

De dos en dos y de cuatro en cuatro llegaron en medio de una confusión en masa donde todo era reconocible menos las palabras. El eco de las voces reverberaba trepando por las paredes y como en la Torre de Babel nadie entendía un carajo de lo que el otro estaba tratando de decir. Las mesas tipo bacanal a la Vikingo estaban cubiertas con manteles de papel rojo, adornadas hasta el exceso con toda clase de implementos destinados a asistirnos en el cumplimiento del propósito: Homenajear al profesor y comer de todo hasta que la tripa nos forzara a abandonar el sitial con la premura del que necesita un inodoro a toda costa.

Fernando, el profesor, se emocionó hasta el borde de las lágrimas, pero eso ya había ocurrido antes de dar por terminado la reunión en la biblioteca. Allí, en el silencio sepulcral del recinto le entregamos el testimonio de nuestros corazones agradecidos. Miguel Estrada Camblor le otorgó una magnífica pieza de arte computarizado donde el profesor, totalmente embellecido, podría sin disgusto alguno, exhibirlo en las mejores salas de artes plásticas desde Oviedo hasta Madrid. Mariluz y Paco, en nombre del conglomerado compartieron los menesteres de anfitriones y entregaron al ilustre profesor y amigo una preciosa serigrafía y un chisgarabís que le recordaría los recientes días nefastos de su equipo de fútbol favorito.

El vino de la casa era excelente y los platos que desfilaron por debajo de nuestras narices, extraordinarios. Al principio nadie se atrevía a iniciar la trifulca, pero éste servidor, cuchara y paleta en mano comenzó a distribuir equitativamente lo que allí esperaba para ser sacrificado. Cuentan que mi labor de voluntario no fue del todo propicia, Ya que un que otro comensal salió del chigre con el atuendo en peores condiciones que cuando entró. Una hermosa compañera se quejó de que las brochetas de pollo se le habían enredado en su largo y bien cuidado cabello y que en el proceso la salsa se escurrió por su cuello y de manera acelerada desapareció por el escote. ¡Que momento tan desgraciado para mí!

Tenemos testimonios fotográficos del evento, expresiones de alegría y satisfacción, argumentos enfáticos producto del alto contenido alcohólico del vino y hasta un reto del eminente profesor que nos insta a escribir una confesión:

LA HISTORIA DE NUESTRO PRIMER AMOR.

A trabajar. Estoy convencido que alguno de nosotros desnudaremos el alma, otros como yo que gustan de la ciencia ficción, viajaremos hasta el borde del mismísimo precipicio.

Con todo mi cariño

Marco Antonio.



MaríaJosé, Mariluz, Ernesto, Sylvia, Jaime, Marco, Juliana, José, Paco
Sentados: Pilar, Mara, El Profe., Mauricio

2 comentarios:

  1. Juro que en persona somos aún más guapos y más cañeros.
    Ganas me dan de colgar una foto que hice a las brochetas.
    Buen colofón este comentario con fotos, Marco.
    Feliz verano

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  2. Marco: Tan buen resumen como los que hace Ernesto. Por "deformación profesional", me permito añadir un punto (después de la palabra "alma"), y variar una coma (después de "como yo").


    A trabajar. Estoy convencido que alguno de nosotros desnudaremos el alma. Otros como yo, que gustan de la ciencia ficción, viajaremos hasta el borde del mismísimo precipicio.

    Pero se entendía lo mismo. A trabajar...

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